Ha comenzado la campaña electoral. Aunque no se entiende bien cual sería la diferencia entre precampaña y la propia campaña si no fuera por una diferencia tan sutil, que permite pedir el voto solo en la última fase. Es decir en campaña. De aquí el porque, me pregunto, todas las publicidades, las entrevistas, los puntos programáticos explicitados e ilustrados a miles de personas presentes en los diversos meeting´s en el curso de la precampaña, todo este cacao para que y para quien se hizo.
Pero dejamos a los expertos la oportuna explicación de esta diferenciación que a un ignorante como yo, resultan hostigas y pensamos como será la “campaña. Salvo una intromisión de ETA, la campaña no debería surtir sorpresa, deambulará mal, como mal deambuló en el periodo anterior.
En efecto, y a mi manera de ver, fue una mala precampaña toda encauzada a comprar a los votantes con oferta de dinero aquí y dinero allá. Parecía una carrera entre los dos mayores candidatos, a quien superaba al adversario en generosidad, sin darse cuenta, los dos candidatos más importantes, que estaban ofreciendo lo que, desde tiempo, habrían debido realizar.
En todo esto “promete tu, que más prometeré yo” el que se ha distinguido un poco más, fue indudablemente Llamazares que en vez de ofrecer dinero y más dinero centraba su atención en ampliar los servicio sociales faltantes. Hay que dar a Llamazares lo que es de Llamazares, ya que en los últimos cuatros años, al lado de Zapatero, consiguió algo socialmente útil.
No soy un fogoso exaltado de Izquierda Unida. Pero las análisis, según mi visión, fue esta y muy interesante habría sido un debate a tres: ZP, Rajoy e IU. No solo habría sido interesante. Habría llenado un vacío democrático, al considerar que IU, al fin y al cabo, es la tercera fuerza política nacional.
No toco la situación tinerfeña, donde el PSOE brilla por su ausencia de argumentos convincentes. Sus representantes parecen más leer la página de un folleto prestampado por la editora, que aportar algo suyo. La única que sale, y muy bien, es esta alcaldesa de La Laguna, que resulta pequeña solo de estatura.
La campaña, tendrá un riesgo que ya empieza a preocupar a los contrincantes: las abstenciones que se prevén bastante amplias.
Personalmente no puedo aceptar la idea del abstencionismo. Si, lo puedo entender como un signo de protesta. Pero al práctico, será una protesta sin alguna consecuencia productiva. Por no decir que resulta ofensivo para todos aquellos que hicieron posible un voto libre, también para nosotros, con sacrificio tan alto como es la vida propia.
Entiendo mucho más el voto en blanco. Esto sí, aunque mal reglamentado del interés de los políticos, puede ser utilizado mañana para demostrar cuanto amplio resulta ser el descontento y el rechazo a esta manera de hacer política, y pasado mañana para obtener una reglamentación electoral y de representatividad parlamentaria precisamente para el voto en blanco.
Es una invitación que más que a la derecha del electorado se dirige a la izquierda del electorado donde más fuerte y sentida es la delusión. Pero es justamente aquí, entre grupos y grupúsculos protestarías, donde se debe comprender, propiamente porque se definen de izquierda, que el abstencionismo, solo consigue: reforzar la derecha.
Es como aquel tío que para castigar a la mujer, se había cortado los atributos masculinos.
Que no vaya a ser así también el 9 de Marzo.
Benito Capone es articulista y nuestro colaborador
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Juan Jesús Bermúdez * Colin Campbell, el geólogo presidente de honor de la Asociación para el estudio del cenit del petróleo y del gas (ASPO), habló en el año 2005 del posible advenimiento de una «segunda gran depresión», una situación sin precedentes que vendría dada por el fin de la primera parte de la era del petróleo, caracterizada ésta por la fácil accesibilidad, precio barato y relativa abundancia de aquél, especialmente para los grandes países consumidores. 
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